Por segundo año consecutivo, el pasado viernes 26 de septiembre, nuestro investigador Félix Ruiz volvió a participar en las actividades que se llevaron a cabo con motivo de la celebración de La Noche Europea de los Investigadores.
Seguro que mucho de vosotros ya la conocéis, pero para los que aún no saben lo que es, se trata de una iniciativa de divulgación científica que se desarrolla simultáneamente en más de 350 ciudades de toda Europa dentro de las acciones Marie Curie en el Programa Horizonte 2020. Es una oportunidad como pocas para conocer de primera mano el trabajo de los investigadores en ámbitos muy diversos de estudio, poder hablar con ellos y saber cómo su trabajo repercute en la sociedad. Pero, lo más importante: de una forma divertida, entretenida e interactiva. Genial, ¿verdad?
En España, este año, once comunidades autónomas han ofrecido sus propuestas divulgativas en forma de talleres, microencuentros, charlas, etc. en universidades, centros de investigación, instituciones, espacios emblemáticos y hasta en la calle. En Andalucía, organizada por las Universidades y bajo la coordinación de la Fundación Descubre, más de 900 investigadores han salido de los laboratorios a mostrar su trabajo a un público curioso y ávido de conocimiento.
La Universidad de Cádiz eligió para esta edición la ciudad de Jerez de la Frontera y un inigualable escenario: Los Claustros de Santo Domingo. Allí, se congregaron más de 1.000 personas para participar en 14 talleres y 8 microencuentros de temas tan variados como los volcanes, el patrimonio histórico, la arqueología, la célula o las algas.
El taller de nuestro investigador se tituló «Experimentos con frío extremo: ¿Cómo cambia la temperatura los materiales?» En él, los niños descubrían cómo si sometemos a temperaturas de unos -180º C objetos de uso común para ellos – como globos llenos, sugus, flores, papel, pelotas…. – éstos sufrían cambios.
Félix en plena explicación. Diario de Jerez
Aprendieron, por ejemplo, cómo los gases se contraen con el frío y se expanden con el calor. A lo largo de las tres horas de duración del evento, más de doscientos niños pasaron atónitos ante la mesa de Félix. Disfrutaron y nos hicieron disfrutar con su participación siempre fresca, ocurrente y – en muchos casos – acertada.
Fue para nosotros, como en la edición anterior, todo un placer poder asistir a esta iniciativa. ¡Gracias!
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