En estas fechas, ya se sabe…los obligados regalos nos traen de cabeza. Buscar, o – mejor – encontrar, el regalo ideal para cada miembro de nuestra familia y/o amigos se vuelve más difícil cada año que pasa. Una de las causas es que «todos tenemos de todo». Pero, sólo es una. La verdad es que nos esforzamos mucho en encontrar ese detalle personalizado para cada uno de nuestros seres queridos.
Pues bien, un estudio que han llevado a cabo unas investigadoras expertas en emociones y relaciones sociales de las Universidades de Toronto (Canadá) y Pennsylvania (EEUU), concluye que, si quiere estrechar lazos con esa persona destinataria de nuestro obsequio, es preferible regalar experiencias (spas, viajes en parapente, clases de cocina, catas….) a cualquier objeto material. Vamos, que apreciaremos más a esa persona que nos regala algo que nos haga disfrutar que a la que nos regale un libro, por mucho que lo queramos o sea de nuestro autor favorito.
Las autoras del estudio afirman que no es necesario tener una afición común con el destinatario, ya que estos regalos no son importantes por lo que nos provocan en el momento que los recibimos, sino por las emociones que nos hacen sentir cuando los disfrutamos.
Parece que la opción «tarjeta regalo» también funciona bastante bien, ya que esta tarjeta funciona como un regalo en la mente del receptor, y le obliga a gastar su importe en algo especial, lo que no sucede con dinero.
Las conclusiones de este estudio fueron presentadas en el simposio «La psicologia de dar y recibir regalos» en California (EEUU) y publicadas en la revista Journal of Consumer Research.
Fuentes:
http://www.spsp.org/news/208211/The-Psychology-of-Gift-Giving-and-Receiving-.htm
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