El título de nuestro post de hoy bien podría haber sido sacado de cualquier anuncio de un vendedor de ese fantástico fruto de precioso color rojo. Pero, viene al caso, porque estos últimos días ha sido muy comentado un trabajo que ha llevado a cabo un grupo de científicos italianos, de la Universitá Politecnica delle Marche, en Italia, y españoles, de las Universidades de Salamanca, Granada y Sevilla, sobre las propiedades que tienen las fresas para reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y que se ha publicado en la revista Journal of Nutritional Biochemistry.
Esta fruta aporta muy pocas calorías, una gran cantidad de Vitamina C y antioxidantes. Como remedio natural, se utilizan tanto sus hojas y sus raíces como sus frutos, para un variado número de dolencias.
Para el estudio, unos voluntarios sanos añadieron a su dieta diaria 500 gr de fresas. Se tomaron datos antes y después de un mes de “tratamiento”, encontrándose una reducción en los niveles de LDL o «colesterol malo» y triglicéridos sin cambios en el HDL o «colesterol bueno».
Parece ser, porque aún no tienen evidencias claras, que estos resultados se deben a las antocianinas, unos pigmentos solubles en agua, que le proporcionan el color rojo. Los encontramos también – en otra tonalidad – en la col lombarda, por ejemplo.
Además de éste, se han identificado otros beneficios, como que fortalece los glóbulos rojos y la función antioxidante de la sangre.
Sin embargo, si hay una relación con el colesterol , parece que a todos nos preocupa e interesa mucho más. No en vano, nos bombardean publicitariamente con productos que deberíamos ingerir para reducir su nivel en el cuerpo. Seguro que todos somos capaces de recordar alguna campaña de la pasada Navidad.
Pero, ¿sabemos qué es el colesterol?
El colesterol es un tipo de lípido, un esterol, que se encuentra en los tejidos corporales y el plasma sanguíneo. Son moléculas formadas por átomos de carbono, hidrógeno y algún oxígeno. Es esencial para la formación de la membrana que regula la entrada y salida de sustancias a la célula, pero también tiene un importante papel en funciones de precursor de la Vitamina D, de las hormonas sexuales, de las hormonas corticoesteroidales, de las sales biliares y de las balsas de lípidos.
Por el cuerpo, viaja unido a lipoproteínas, que son macromoléculas esféricas compuestas por proteínas y lípidos. Se dividen en dos grupos:
- Las ricas en triglicéridos y las de muy baja densidad VDL.
- Las de baja densidad LDL y las de alta densidad HDL.
En la sangre se une a lipoproteínas de baja densidad (LDL), lo que conocemos como “colesterol malo” a partir de una determinada cantidad. Si hay mucho de viaje por el torrente sanguíneo, aumenta el riesgo de sufrir arterosclerosis e infarto de miocardio.
Pero, hemos dicho antes que el colesterol está también presente en los tejidos del cuerpo. Desde allí, viaja hasta el hígado unido a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o “colesterol bueno”, debido a que aligeran el colesterol presente en las arterias protegiendo al individuo de enfermedades cardiovasculares.
De todo esto, podemos deducir que el colesterol es muy necesario para el funcionamiento de nuestro cuerpo, a pesar de que – como en todo – los excesos no son recomendables. No debemos demonizar ni generalizar. Si nuestro cuerpo no desarrolla bien alguna función, hay que remediarlo, pero en cada caso concreto y personal.
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Colesterol
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Las-fresas-reducen-el-colesterol
http://www.jnutbio.com/article/S0955-2863(13)00249-0/abstract
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