Si sigues nuestras entradas y – aún más – si lo haces en Con los Peques o en esa misma categoría de nuestro blog, ya sabrás que elegimos como mascota para los niños a los que acercamos conceptos de ciencia un linfocito T. Como su nombre indica, los linfocitos son células linfáticas que circulan por nuestro sistema inmunitario y se encargan de protegernos de los invasores infecciosos. Pueden hacerlo produciendo anticuerpos o destruyendo células afectadas.
Este mes, los linfocitos cumplen 50 años desde que Max Dale Cooper publicara en la revista Nature un trabajo en el que se detallaba su producción, su labor y describiera la existencia de dos tipos de linfocitos, T y B, contrariamente a lo que se pensaba hasta ese momento. Este descubrimiento sentó las bases de la inmunología moderna y de estudios sobre inmunodeficiencia, cánceres y sistema inmune, además de posibilitar el desarrollo de anticuerpos monoclonales, muy utilizados como terapia y en investigación.
En sus investigaciones, Cooper encontró que, al igual que sucedía en la Bolsa de Fabricio en las aves, los tejidos hematopoyéticos de los mamíferos producían linfocitos que, al madurar se diferenciaban. Unos maduraban en los órganos linfoides periféricos (linfocitos B) y otros lo hacían en el Timo (linfocitos T) lo que les daba ciertas diferencias, a pesar de que, luego, colaboraban en la realización de la respuesta inmune.
Esto, sólo fue el principio…
Fuente:
http://www.nature.com/news/immunology-fifty-years-of-b-lymphocytes-1.16653#/b1
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