Ya a finales del siglo XIX, existía la sospecha de que los primogénitos eran más aventajados en cuestión de inteligencia que el resto de los hermanos. Estas sospechas se apoyaban en las profesiones a las que se dedicaban. Pero, claro, entonces había otros factores externos que podían determinar que la elección de profesión se hiciera en uno u otro sentido.
Esta misma semana, la revista PNAS publica un estudio de la Universidad de Leipzig que aborda este tema para investigar otro que, a los psicólogos, les interesa mucho más: si el orden de nacimiento dentro de la familia influye en los rasgos de la personalidad de sus miembros.
Las conclusiones muestran que el orden no afecta a la personalidad de los miembros de la familia, pero sí a la inteligencia. Tras analizar a un grupo de más de 20.000 personas de tres países diferentes (Alemania, Reino Unido y EEUU), teniendo en cuenta variables como – por ejemplo – el tamaño de la familia y cruzar los datos, los investigadores observaron que el coeficiente intelectual de los miembros subía un 1,5 a medida que se acercaban al primogénito.
Realmente, este es un dato que no afecta a la personalidad de los individuos, salvo que consideres muy importantes los resultados de esos tests. Sin embargo, no notaron que haber nacido en segunda, cuarta o primera posición en una familia, modificara aspectos de la personalidad como la extraversión o la inestabilidad emocional.
Ya sabemos que lo del coeficiente intelectual, no sólo hay que tenerlo, sino también usarlo….
Fuentes:
http://elpais.com/elpais/2015/10/19/ciencia/1445264350_392745.html
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