Nuestro cuerpo vive en unainteracción constante con el medio que le rodea. Pero, para poder mantener un correcto funcionamiento, nuestro organismo necesita mantener una cierta estabilidad, incluida una temperatura en torno a los 37,1º C. Esto, cuando la temperatura exterior es templada, no es muy complicado. Entonces, ¿qué pasa cuando la temperatura baja o, como ahora, se produce una ola de frío que hace que los termómetros se desplomen?
Como hemos dicho, el organismo necesita ser estable; esta propiedad se denomina homeostasis y las tareas que se llevan a cabo para conseguirlo están controladas por el hipotálamo. La regulación de la temperatura o termorregulación es uno de los ejemplos más claros.
Cuando los centros nerviosos localizados en el hipotálamo reciben información de una bajada en la temperatura, empiezan a activar una serie de respuestas para mantener la correcta temperatura interna. Los informadores de estos cambios son unos sensores localizados en nuestra piel. A partir de ahí, el objetivo es ahorrar calor. La primera medida es la vasoconstricción, es decir, un estrechamiento de los vasos sanguíneos que llevan la sangre hacia las partes más periféricas del cuerpo, que tienen más posibilidades de ceder calor al exterior. Esto provoca que la temperatura en estas partes del cuerpo baje, por eso sentimos los pies, las manos, la nariz o la boca más fríos y entumecidos.
Otra de las reacciones es la piloerección, que es esa sensación de «pelos de punta», producida por unos pequeños músculos que están situados junto a los folículos pilosos. En los humanos, esta reacción no tiene una función final, pero, en otros animales, la elevación de los pelos de la piel hace que se forme una capa de aire que actúa como aislante.
Sin duda, la más potente de las reacciones que posee el organismo es la de inducir una sensación molesta de frío que hace que la persona busque un lugar más cálido.
Pero, además del ahorro, el organismo pone en marcha un aumento de la producción de calor.
Para ello,aumenta el grado de contracción de la musculatura, pudiendo dar paso – si es elevado – a la conocida tiritona y empieza a consumir más rápido los nutrientes, (aumento de la tasa metabólica de las células). Esto hace que genere de un 10% a un 15% más de calor. Las personas que viven durante tiempo prolongado en lugares muy fríos poseen una tasa metabólica muy alta.
Ya sabes, si bajan las temperaturas, abrígate, te ahorrarás algunos síntomas…
Fuentes:
http://www.curtisbiologia.com/node/1359
http://quo.mx/noticias/2014/01/03/asi-lucha-tu-cuerpo-contra-el-frio
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